Hoy me apetece hablar sobre ese concepto que llevo
escuchando en los últimos años: los follamig@s. Es toda una filosofía de vida,
incluso hay un contrato estándar que ‘legaliza’ este régimen de amistad
especial.
Después de conocer a muchas personas y un intenso cálculo
inventado (que no por ello deja de ser aproximado), he llegado a la conclusión
que la mayoría de personas que buscan amistad buscan en realidad follamig@s;
las mayoría de personas que buscan amor y dicen buscar pareja o su media
naranja, buscan en realidad follamig@s. Y por último, muchas personas que
directamente dicen buscar sexo en realidad solo quieren conocer gente, pero
como no saben comunicarse y suelen ser personas atractivas, una cosa lleva a la
otra… o, aún más triste, entienden y utilizan el sexo como forma de hacer
amistad: yo doy sexo y recibo amistad a cambio.
Hace un tiempo leí una estadística que sí era real, donde
una psicóloga explicaba que por su consulta pasaban muchas personas que apenas
llegaban a los 20 años asegurando estar cansad@s del sexo. Por otra parte, aún
hoy y he sido testigo, hay otras personas que con casi 30 años no solo no han
tenido sexo, sino que ni siquiera se han masturbado nunca. No han tenido esa
necesidad ergo no necesitan perder la cabeza para satisfacer aquello con lo que
piensan otras personas cuando hablan.
Desconozco cómo nació el concepto de los follamig@s, pero no
deja de ser curioso encontrar a dos personas que dicen satisfacer sus
necesidades sexuales sin implicarse emocionalmente en sus vidas, y
prácticamente siempre una de las dos partes lo hace y acaba queriendo algo más
o egoístamente le molesta que la otra parte tenga más follamig@s.
Bajo mi punto de vista, los follamig@s son dos personas que
no entienden de amistad, de amor y probablemente tampoco entiendan mucho de
sexo, que se encuentran, se juntan, y se separan con la misma rapidez. Sin
embargo el concepto, bien aplicado, no deja de ser interesante. Eso sí,
partiendo de la base de una amistad de verdad entre dos personas que ya se
conocen, se respetan, están solter@s y les falta ese cariño que normalmente no
se ofrecen dos amig@s a menos que la noche y el alcohol les confunda puntualmente.
Vale, lo normal es que en ese caso los dos decidan un buen
día ser pareja… ¿pero y por qué no aprovechar ese término medio que ofrece ser
follamig@s? Es decir, dos amigos de verdad que además de compartir lo bueno de
la amistad, comparten otra cosa buena de la vida que en el concepto implícito de
la amistad lo impide: el sexo. Disfrutar de una buena amistad y un buen sexo en
la misma persona no tiene precio, sin lo celos o las peleas de pareja (a veces
absurdas), siempre que ambas partes tengan claro a qué están jugando, cuáles
son las reglas… y éstas son las que cada uno establezca y el otro acepte.
A mí me parece una forma estupenda de ir conociendo a una
persona sin atascarse en la zona de amistad, sin empezar una relación de pareja
con prisas y disfrutar de todo lo bueno que puede ofrecernos la vida en cuanto
a las relaciones personales.
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