Siempre he creído que el tiempo es lo más valioso que
poseemos, es algo que no se puede comprar y todos disfrutamos, o
desperdiciamos. Además es la mejor excusa para cualquier situación que nos
comprometa. El tiempo es algo que nos gusta tanto que no nos paramos un segundo
a disfrutarlo.
El poder del tiempo es como el de las palabras, cada persona
lo acepta de una manera y no todo el mundo tiene la misma fuerza para
encajarlo. La parte triste del tiempo no son los días que nunca llegaron, sino
aquellos días que siempre estuvieron ahí y no se disfrutaron
Admiro a las personas que trabajan de sol a sol, de lunes a
domingo, y sin embargo siempre están dispuestas a encontrar un hueco para tomar
un café. Por eso, porque he conocido a muchas personas así, sé que los
problemas nunca son del tiempo sino de las propias personas.
El tiempo no cambia, a diferencia de las personas, simplemente avanza. Pero en los días nublados siempre habrá gente optimista que sale de casa sin un paraguas, y personas que disfrutarán de la lluvia mientras los demás se quejan del tiempo, que consume su tiempo de ocio para, una vez más, no darse cuenta que el verdadero problema es no saber aprovechar su tiempo bajo cualquier circunstancia.